Este año aún no fui de pesca, ni a por calamares, ni a por sepias, chocos o a por algún pescado de roca pero ya recuperaremos el tiempo pérdido. Este fin de semana de puente que hace buena bajamar, aqui le llamamos seca, mi padre quiere ir a los camarones, el único marisco que se puede decir que puedes pescar libremente respetando las cuotas.
Empezamos los mejores meses para el marisco no solo porque lleven R en el nombre sino porque por esta época hay mar de fondo a menudo y esto hace que el marisco se refugie cerca de la costa y se acercan los ciclos de reproducción.
Parte de los camarones que se pescan en octubre y noviembre los guardamos envasados en el congelador para las navidades, pero eso os lo contare más adelante.
De pequeña a mi me encantaba ir a mariscar y mi padre a veces me llevaba con el a por navajas, a por necoras o incluso cuando iba con un tio que tenia bateas a por los mejillones pero sin duda cualquier niño que haya ido a un playa con rocas seguro que se fue con un caldero o una bolsa a por caracolas y lapas, que se convertian en la cena de ese día.
Pues bien, ayer tarde mi padre fue a mirar si hacia seca ( que el mar baje lo suficiente para poder ir a mariscar) y de paso no se resistio a traerse unos caramuxos ( caracolas o bígaros) y claro yo me traje unos cuantos y horneado el pan era el menú ideal.
Mi abuela siempre hacía pan de trigo o de maíz en un horno de leña para luego comerlo junto a los caramuxos. Porque si hay algo especial es el recuerdo de las noches lluviosas de otoño sentados frente a la televisión con la aguja en mano, comiendo caramuxos y picoteando el pan.
Caramuxos
Preparación:
Para cocer el marisco lo ideal es hacerlo en agua
del propio mar, sino ponemos en una cacerola agua con abundante sal al fuego y echamos los caramuxos y cuando empieza a hervir los dejamos 5 minutos y listos.
Es costumbre cuando cocemos el marisco echarle unas hojas de laurel. Si el marisco es fresco no es necesario echar laurel ya que lo que hacemos así es ocultar el sabor a mar.
Yo no suelo echarselo.
Pero como curiosidad cuando cocino percebes si le echo unas hojas de limonero o de naranjo para realzar el sabor.
Como comerlos:
Muy fácil, solo necesitamos una aguja con la cual apartamos la telilla que tienen y clavamos la aguja en la carne de la caracola y tiramos hacía afuera y directo a la boca.
Es como estar comiendo un pedacito de mar en pequeños bocados, en esta caso pequeños bocados de la Ría de Arousa.
Y aquí podemos ver de lo que se compone un caramuxo.
De un caparazón duro que protege a la caracola y que a medida que crece va formando unos anillos.
De la carne, lo que es el propio caramuxo, caracola o bígaro en si.
De la telilla que protege que no entre agua o cualquier otro elemento dentro del caparazón que dañe a la caracola.
Hace muchos en un viaje a Madrid me fui a un centro comercial y visitando la sección de pescados vi que vendian las caracolas a 6 euros el kilo y les llamaban bígaros cuando llegue a casa comente el tema ya que aquí no se venden porque la gente los tiene a mano y fuera de la costa los pagan a buen precio, solo las valoraremos cuando nos prohiban ir a buscarlas. Mientras en mi casa seguiremos disfrutando de este manjar aguja en mano.
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