Una de las frutas otoñales es sin duda el caqui y este año vuelve a ser un buen año para esta fruta, que por el contrario que otros frutales este año el caqui si tiene fruto en abundancia. La parte negativa es que con el temporal de viento de este fin de semana se han caído muchos aun verdes.
Cada vez nos encontramos más caquis en las huertas gallegas, yo recuerdo cuando trajeron este árbol a casa hara ya unos 15 años y lo traían de Portugal. Los primeros años que no se conocia lo que era le llamabamos fruta portuguesa pero lo más bonito del árbol era que al llegar el otoño le caian todas las hojas y los frutos maduro y rojos permanecian en el árbol, y resultaba curioso verlo en la huerta entre los demás frutales sin hojas y sin frutos, el caqui estaba lleno de bolas naranjas.
Más adelante ya conocimos que era un caqui y es una de esas frutas que te gusta o no te gusta, no tiene un término medio. Porque lo tienes que comer en su punto justo, si lo comes algo verde te deja la boca seca y amarga, cosa que no soporto, y si lo comes muy maduro tienes que hacerlo con cuchara ya que se deshace y es como comer mermelada.
Hubo un año que le reservamos toda la fruta para un primo, ya que se encontraba en proceso de recuperación de una enfermedad grave y la única fruta y comida que comía a placer eran los caquis, ese otoño se harto de caquis, y tanto es así que ahora cuando viene a casa y los hay te puede llevar una docena a la sumo, dice que para una temporada ya tiene vitamina de caqui suficiente en el cuerpo.
Este año intentaré hacer alguna receta con ellos sin ser mermelada. Si conoceis alguna no dudeis en pasarmela que la probare.
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