Crema de yogur al azafrán

Revisando un libro de cocina oriental que me habian regalado hace años encontre alguna receta de postres muy sencillos y con muy buena pinta y hoy os voy a mostrar el primero.

Me resultaba curioso usar azafrán en una especie de crema tipo natillas pero la verdad es que el resultado fue más que satisfatorio y sorprendente. Las hebras de azfrán te dejan un sabor especial en el paladar que combinado con la textura de la crema que se deshace en la boca es un postre realmente diferente.

Llego la hora de la merienda y aprovechando que estaban en casa mi madre y una tia les di uno a cada junto a la vez que le daba la merienda al abuelo. Ambas al ver el azafrán en medio de la crema me preguntaron que hacia el azafrán alli y quedaron gratamente sorprendida con lo cual va pasara a ser uno de los postres que se haran a menudo en casa y además siendo sencillo de preprarar.



Crema de yogur al azafrán:





Ingredientes para 4 raciones:

4 hojas de gelatina
unas hebras de azafrán
1/4l de leche ( yo la uso desnatada)
3 yemas de huevo
80 gr de azúcar
200 gr de yogur natural, de vainilla o albaricoque.








Preparación:

Poner la gelatina a remojar en agua fría como indica el fabricante.
Por otro lado poner la leche y el azafrán en un cazo y llevar a ebullición, luego dejar a fuego lento.











Mezclar en un cuenco las yemas de huevo, el azúcar y 6 cucharas de la leche con el azafrán. Ir añadiendo esta mezcla poco a poco a la leche restante y remover hasta que espese. Procurar que no hierva, si lo hace retirar del fuego.










Diluir la gelatina (sin exprimir) en la crema mientras se va removiendo. Dejamos enfriar en un baño María con agua fría y vamos removiendo.










Cuando estea fría incorporamos el yogur con cuidado.














Vertemos la crema de azafrán en cuencos de cristal o vaso y a metemos en la nevera unas 3 horas.












Se puede acompañar con almendrados o con almendra picada tostada. Esta crema se puede incluso hacer más ligera si cambiamos el yogur por crema de leche (nata) montada, pero cualquiera de las dos formas resulta un postre ligero que se deshace en la boca, una dulce tentación para repetir.